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Craving o deseos de consumo (“fisura”).
Es un deseo muy intenso por consumir. Puede ocurrir durante el síndrome de abstinencia o en cualquier otro momento. Situaciones estresantes, estimulantes, el aburrimiento, situaciones asociadas a consumos previos, ideas, sueños, fantasías, etc… pueden causar el “craving” o “fisura”. El craving no necesariamente lleva al consumo. La persona puede sentir más o menos fuerte el impulso por consumir. Si bien la persona lo siente como algo automático, no es así. Se puede, con ayuda, aprender a controlarlo y desactivarlo. Apoyo de familiares y amigos, recursos prácticos (comer algo dulce, distraerse, no tener elementos de riesgo cerca como la droga, el alcohol, dinero o números de teléfono de proveedores, etc…) en algunos casos medicamentos recetados por psiquiatras especializados pueden ayudar.
No te desanimes que ese deseo fuerte dura unos minutos.
En la familia, la pareja y la amistad, la comunicación es fundamental. Siempre estamos comunicando. A veces oímos, miramos, pero no escuchamos ni vemos. Es decir que la comunicación tiene que ver no solo con un tema pasivo, sino con un movimiento activo de incluir al otro en mi mundo, y de acercarme y comprender el mundo del otro. Creando así un mundo común.
Cuando hablamos de “mundo” aquí nos referimos a como la persona va siendo en su relación con:
– su entorno físico: su corporalidad, su espacio, su relación con los objetos, con los animales.
– con su entorno social: con quién se relaciona, cómo se relaciona, en que actividades sociales-de estudio-trabajo-esparcimiento etc… participa.
– consigo mismo: cómo la persona se siente consigo misma, cómo se valora, qué piensa de sí mismo.
También nos referimos a un devenir, a una vida que atraviesa y se abre en el tiempo, es decir, a una persona con su pasado, su presente y sus proyectos para el futuro.