Hoy queremos recordar especialmente a Javier Zorrilla, quien fuera voluntario de Cáritas desde 2008.
Javier fue para nosotros testimonio de entrega y compromiso constantes, de preocupación y trabajo por los más pobres.
Scout, laico defensor del lugar de los laicos en la Iglesia, amoroso esposo, padre, suegro y abuelo. Y para nosotros especialmente gran compañero y puntal de la vida institucional de Cáritas.
Como tesorero, se distinguía por su permanente preocupación por la transparencia y el buen uso de los recursos, por cuidar la coherencia institucional, “pobres para los pobres”, por poner en palabras fáciles los datos económicos engorroso,.. Sus informes concienzudos y exhaustivos eran su manera de aportar a la construcción de una organización servidora.
Con fuerte vozarrón y bravía, daba vida a las reuniones del Comité Ejecutivo. Cuestionador y animador. Querible y sobre todo creíble: su vida era reflejo de los valores por los que trabajaba.
Faltaba poco para su jubilación y nos consta que tenía grandes planes personales y también para Cáritas.
Javier: le damos gracias a Dios por los años compartidos, con la certeza de que tu ausencia es sólo física. La gracia y confianza con la que viviste tu enfermedad renovaron nuestra fe. Tu vida, y también tu muerte, nos animan a seguir trabajando por una Iglesia servidora, humilde, cercana.
Gracias, Javier, por todo.
Tus compañeros.
Foto: Rosario Pelaez, Mons. Martín Perez Scremini, Mario Bengoa, Luis Lago, Sandra Olivera, Agustina Langwagen, Diácono Walter González y Javier Zorrilla.