Declaración Final
“VI Asamblea Nacional de Pastoral Penitenciaria”
Bajo el lema “La iglesia compasiva que abraza, perdona y reconcilia”, los agentes pastorales de todas las Diócesis vinculadas a la Pastoral Penitenciaria de Uruguay, pertenecientes a la Iglesia Católica, nos hemos reunido en la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos en la ciudad de Montevideo en el marco de nuestra VI Asamblea Nacional.
Por este medio queremos hacer llegar nuestro mensaje a los Obispos, a las Autoridades Nacionales y Departamentales, a las comunidades de todo el país, a las/los privados/as de libertad, a las víctimas, a los guardia cárceles, educadores, a todas las familias afectadas por el mundo de la carcelación y a la sociedad en general.
Seguimos constatando que el sistema penitenciario y la justicia penal mantienen estructuras que contribuyen a la degradación y deshumanización de las personas privadas de libertad, incluso en los ámbitos de adolescentes infractores. Persisten carencias edilicias y una insuficiente formación en general de los encargados de custodiarlos.
Sin embargo destacamos la apertura a iniciativas de formación, ya sea académicas y/o de oficios entre otras, que ayudan al crecimiento como personas de los/las privados/as de libertad. En tal sentido se valorara especialmente la apertura a las Escuelas de Convivencia sin Violencia, que han favorecido la disminución de la violencia en las cárceles y que al momento de su egreso ello se verá reflejado en sus conductas.
Nuestra Pastoral Penitenciaria desde una mirada compasiva, quiere destacar que el amor de Dios nos precede. Aunque no nos atrevamos a levantar los ojos al Señor, Él siempre nos mira primero, sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ha venido a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás.
Hacemos un llamado a nuestros pastores para que en consonancia con las exhortaciones del Papa Francisco, continúen apoyando y animando a los grupos de Pastoral Penitenciaria en su labor de acompañamiento en el mundo de la carcelación.
Invitamos a todos los demás actores sociales vinculados a las cárceles, a continuar aportando en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna. Valoramos especialmente el acompañamiento que realizan día a día muchas mujeres (abuelas, madres, hijas, etc.) a los privados de libertad, venciendo todas las dificultades que se les puedan presentar.
A todos los agentes pastorales los impulsamos a seguir manifestando a través de su labor el abrazo pastoral, como parte de la dimensión encarnatoria de la salvación y de la gracia. Al decir del Papa Francisco “hay que salir a la calle y abrazar al pobre, al enfermo, a la mujer abandonada, al anciano desamparado, al privado de libertad”.